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Uff, esto duele. A veces literalmente. Como todo el mundo tengo tareas y obligaciones que no me gustan. Algunas de ellas incluso me causan dolor y un nudo en el estomago siempre que me tengo que afrontar a ellas.



Es aquel estrés mental que más me dificulta ser creativo y centrarme en avanzar. Los días más complicados para sacar el post diario son aquellos cuando tengo algo en mi cabeza que me preocupa.

Por qué a veces no damos a basto con nuestras tareas

Lo que es una ventaja competitiva del ser humano frente al resto de los seres vivos al mismo tiempo puede convertirse en su mayor enemigo. La capacidad única para pensar, asociar y crear sueños también puede generar con la misma creatividad pesadillas y barreras donde (a veces) no existen.
  • Contenido de la tarea: todo lo que supone un reto porque es nuevo, difícil y/o complejo hace complicado dar el primer paso. Ves el monte tan alto que y visualizas tu fracaso antes que el éxito ante esta tarea.
  • Volumen de trabajo: incluso si la tarea es pequeña puede ser esa gota que hace que el dique se rompa. Un grano de arroz no pesa pero intenta levantar un saco lleno hasta arriba.
  • Consecuencias de la decisión: cuando nuestras decisiones tienen consecuencias importantes para nosotros o terceros podemos fácilmente bloquearnos. En ocasiones las personas prefieren no tomarlas por miedo empeorando la situación.

Cómo afrontar tareas y obligaciones desagradables

No eres Aladdin así que no esperes que aparezca un genio para cederte 3 deseos. Esto va a depender únicamente de ti y tu capacidad de sacar la cabeza de la arena para afrontar con disciplina lo que tienes por delante de ti.

1. Aplica el +1 si la tarea es grande: divide tu tarea en muchas pequeñas. Cada día realizas una parte pequeña pero te aseguras que avanzas. Con muchos pequeños pasos aplicando la estrategia del +1 al final terminas acabándola.

2. Fíjate una fecha final: mentalízate porque no tienes otra opción. No dejes que el plazo entre tu decisión de afrontar la tarea y la ejecución sea demasiado elevado. No pueden pasar más de 24-72 horas hasta que ataques sin buscar excusas la tarea que más dolor de cabeza te causa.

3. Piensa en un premio: si tienes que sufrir debe haber un premio. Piensa en algo que te gusta hacer pero que no te permite muy a menudo. Si consigues realizar la tarea (y únicamente entonces) tendrás ese premio porque realmente te lo mereces.

Típicamente las tareas desagradables nos generan un malestar porque tanto la ejecución como el no hacer nada tienen consecuencias. En general no hacer nada empeora las cosas porque te quita el margen de maniobra de actuar y tomar una influencia en que las cosas acaben bien.

¿Cuáles son tus consejos para afrontar tareas desagradables?

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