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Security

El presente post es continuación de La red oscura del Internet (IV de V)

Autorregulación


A pesar del anonimato, normas estrictas regulan la página de mercado negro: queda prohibido vender armas y cualquier tipo de contenido pedófilo. "Es un refugio seguro donde viene gente civilizada en paz por beneficio mutuo", precisa el administrador de The Silk Road, quien advierte a los compradores: "Debes entender los riesgos de poseer y usar lo que compras aquí".
 


No es el caso de todos los portales equivalentes a The Silk Road que florecen en la red oscura. Black Market Reloaded, su competencia directa –aunque con mucho menor asistencia– permite la venta de armas.

El 14 de octubre de 2011, integrantes del grupo Anonymous lograron apagar el portal pedófilo Lolita City y publicaron los nombres de mil 589 de sus visitantes.

Para Serralde este hecho reveló que Internet libre tiene autorregulación; es decir: sus propios integrantes lo controlan, mientras "en un sistema de control (que no sea una red oscura) no hay permiso para la autorregulación, sólo existe la regulación vertical por parte de las autoridades".

Ni los pedófilos ni los narcotraficantes esperaron la formación de la red oscura para instalarse en Internet. Ya en 2002 el diario El Universal publicó un reportaje en el que describía transacciones de drogas en línea, aunque éstas requerían mayor logística: un punto de encuentro en la Ciudad de México, varios números de celulares y mucha incertidumbre.

Un documento que publicó la Subdirección de Política Exterior de la Cámara de Diputados en octubre de 2006, titulado Regulación jurídica del Internet, también reveló el problema: "El fraude cibernético, la piratería de software, la intrusión a sistemas de cómputo, el hackeo y la venta de armas y drogas por Internet son amenazas para la sociedad".

El futuro augura nuevos retos para las autoridades. El profesor Lee Cronin, investigador de la Universidad de Glasgow, está llevando a cabo un software libre para permitir ensamblar medicamentos directamente en casa gracias a una tinta química compatible con las famosas “impresoras 3D”, las cuales permiten reproducir físicamente un producto. Los patrones de estructuras moleculares para que la máquina los "imprima" se descargarán por Internet. Uno puede apostar que pronto se difundirán “recetas” de drogas ilegales, como hoy se puede encontrar fórmulas para “imprimir” armas de fuego en su totalidad.

"Lo único que nos aporta Internet es catálisis, velocidad. Todo el resto lo tienes idéntico ahí afuera, al salir a la calle. No hay nada más", resume Serralde.

Fuente: Proceso

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