Tradicionalmente, unos de las características que más les gusta destacar
a algunos analistas sobre la ciberguerra es su carácter eminentemente
asimétrico.
Una guerra asimétrica es aquella donde el tamaño, los recursos o la estrategia de los contendientes difieren notablemente
El aspecto que más se suele destacar de esta asimetría es la posibilidad
de que un contendiente pequeño pero con una fuerza de hacking de élite
pueda dañar de forma importante a un oponente mayor, a pesar de la
diferencia de tamaños o recursos.
Inicialmente esto se ha dado por sentado y se han aportado múltiples ejemplos (caso HBGary, caso Target, caso Diginotar) para apoyar esta idea, pero a nosotros nos surgen varias dudas.
¿Realmente un oponente pequeño con pocos recursos e inversión puede
llegar a tener capacidades suficientes como para dañar de forma notable a
uno mayor?
En algunos casos puede ser así y tenemos ejemplos que lo apoyan, pero puede que esta no sea la norma.
Si analizamos por ejemplo el catálogo de herramientas
de inteligencia de la unidad TAO de la NSA salido a la luz
recientemente, veremos hasta que punto pueden llegar las capacidades de
una organización con abundantes recursos económicos invertidos en
seguridad. Estas capacidades pueden llegar a hacer parecer ridículas las
capacidades de organizaciones más pequeñas.
En caso de conflicto, una organización con estas capacidades podría
“machacar” fácilmente a un oponente menor en la mayoría de frentes.
¿Realmente la inversión en ciber seguridad de las grandes organizaciones se corresponde a su tamaño?
Los
ejemplos que se ponen para demostrar que la ciberguerra es asimétrica,
suelen consistir en casos conocidos donde un pequeño grupo ha infligido
un grave daño a una gran organización.
Pero, realmente estas grandes organizaciones estaban invirtiendo en seguridad de acorde a su tamaño.
No tenemos cifras detalladas para valorar esto, pero conociendo el
sector es probable que en la mayoría de estos casos, estas grandes
organizaciones realmente no estaban invirtiendo en seguridad de acorde a
su tamaño, o no lo estaban haciendo de manera adecuada.
La asimetría pues no sería tanta. La mayoría de estos casos no serían
por tanto realmente ejemplos de un enfrentamiento entre un "David" y un
"Goliat". En la mayoría de casos, el supuesto "David" estaría haciendo
una gran inversión en tiempo y personal especializado (que también son
costosos) en su enfrentamiento contra un “Goliat” en horas bajas y con
más fachada que otra cosa.
Fuente: Areópago21
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