"Buscar siempre la perfección". Este
era uno de los diez mandamientos de Steve Jobs, el genio fundador de la
tecnológica Apple. Y es lo que siempre hizo en vida. Por eso, quizás no habría
estado muy satisfecho con la presentación a 'bombo y platillo' que hizo la
multinacional de la manzana de su nuevo 'smartphone', el iPhone 5, que en sus
dos versiones (5S y 5C) ha decepcionado a analistas, inversores y consumidores.
Había mucha expectación por ver que habían parido
las mentes pensantes de Cupertino, y tal vez demasiadas expectativas. Todo
estaba pensado para dar la campanada en el mercado chino con un modelo de bajo
coste que al final no es tan barato como todos esperaban. Por eso, ante la
certeza de que estamos más ante una involución que frente a una revolución, las
acciones de Apple se dejaron ayer en Wall Street un 5%, en previsión de que
lluevan palos de todos los colores.
"En lugar de ofrecer precios atractivos a
los consumidores y mover el iPhone 5S hacia un segmento nuevo y en expansión
(el de menor capacidad adquisitiva) Apple ha mantenido una estrategia de
precios Premium para el segmento de los 400-800 dólares", explica el
analista de Credit Suisse Kulbinder Garcha. El problema es que en este segmento
donde se ha querido colocar Apple, "no se prevé que haya un crecimiento
significativo a largo plazo". Opina el mismo experto. A su modo de ver,
esta decisión, en última instancia, puede que sea buena para la rentabilidad
pero no para el crecimiento.
O dicho de otra forma, ganará más por cada iPhone
5C pero venderá considerablemente menos aparatos que si se hubiera decidido a
competir decididamente en precio. Y es que Apple no se lo ha puesto fácil a los
consumidores chinos, en teoría, el mercado que pretende conquistar. Así, el iPhone
5C (el más económico y con carcasa de plástico) se venderá libre en China a un
precio de 730 dólares, unos 200 dólares más caro que en Estados Unidos. Y el
iPhone 5S (el caro, en teoría) se venderá a poco más de 800 dólares. Con esta
horquilla de precios, no está claro que los consumidores chinos vayan a apostar
por el terminal más económico. Y si esto es así ¿Qué sentido tienen estos
movimientos? Incluso aunque llegue a un acuerdo con China Mobile ¿Cómo podrá
frenar a Google con estos precios?
Estas son las incógnitas que se plantean ahora
los analistas sobre un teléfono que quizás nunca habría fabricado Steve Jobs.
Tanto es así que Garcha calcula que la cuota de mercado de Apple -donde la
competencia con Samsung es feroz- caerá hasta el 15,5% este año y al 13,1% en
2014, frente al 18,1% actual.
Más duros son los economistas de Sandford C.
Bernstein cuando señalan que "nos preocupa que la incapacidad de Apple
para dar con una oferta de precios bajos para los mercados emergentes
prácticamente asegure que la empresa vaya a ser una perdedora de cuota en estos
mercados hasta que se decida por fin a abordar este segmento". Con todo,
mantienen su nota de 'sobreponderar' porque esperan que el nuevo iPhone no
erosione mucho los márgenes brutos. Y es como bien recuerdan en Nomura, fijar
el iPhone 5S (el teóricamente barato) a 549 dólares sin contrato asegura
márgenes estables durante un par de trimestres. El problema es lo que venga
después.
Fuente: Enlace
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