Después de varios días de
revelaciones que complicaron al gobierno de Barack Obama, el diario británico The Guardian reveló quién filtró la información sobre la red
de espionaje que funciona sobre ciudadanos estadounidenses e incluso
extranjeros. Se trata de Edward Snowden (video), un ex-trabajador
técnico de la CIA de 29 años quien solicitó que su identidad fuera revelada por
el periódico.
The Guardian reportó esta semana que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) estaba vigilando los llamados de la mayor compañía telefónica de Estados Unidos, Verizon, y también datos de internet accediendo a los servidores de grandes compañías como Google y Facebook.
Snowden, de 29 años, fue asistente técnico de la Agencia de Inteligencia estadounidense, CIA, y en los últimos años trabajó de manera indirecta para la NSA a través de distintas empresas contratistas de defensa, como en la que servía actualmente, Booz Allen Hamilton.
"No tengo ninguna intención de ocultarme porque sé que no hice nada malo", dijo Edward Snowden, que está en Hong Kong desde el 20 de mayo, en una entrevista con video publicada en el sitio web del periódico.
El artículo cuenta que hace tres semanas, Snowden copió los últimos documentos que filtró al diario desde la oficina de la NSA en Hawaii, donde trabajaba. Entonces avisó a su supervisor en la agencia que tenía que hacer un viaje de "un par de semanas" para recibir tratamiento contra la epilepsia, una enfermedad que el año pasado descubrió que padece. También le dijo a su novia que debía irse, sin abundar en los motivos.
El pasado 20 de mayo, entonces, el joven de 29 años viajó hacia Hong Kong, donde está instalado desde ese momento porque, considera, "ellos tienen un comprometido espíritu de libertad de expresión y del derecho a disentir políticamente" y porque cree que es uno de los pocos lugares del mundo que podría y querría resistirse a las órdenes del gobierno estadounidense. Desde que llegó, contó, vive en un hotel del que sólo salió unas tres veces en las últimas tres semanas. Allí toma extremas medidas de seguridad para no ser espiado, un temor que lo persigue desde la publicación de las notas de investigación.
Contenido completo en fuente original La Nación
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