La limitación es la forma más común para darle un toque exclusivo a tus
productos y servicios. El problema de reducir la oferta es que existe un
techo de ingresos.
En un caso de mucho éxito no puedes vender más aunque pudieras. La exclusividad hace sentir especial a tus clientes.
Por qué te interesa que tus clientes se sientan especiales
Existe una diferencia entre una exclusividad real y lo que percibe el
cliente. Lo último es más importante que el primer punto. Lo peor lo
que puede ocurrirte es que inviertas dinero para conseguirlo sin que
muestre efecto alguno. Si consigues que tus clientes se sientas
especiales gracias a estar contigo o no con otra empresa puedes obtener
algunos beneficios a cambio.
- Generas felicidad: sentirse especial genera felicidad y de esto se trata en la vida. Si soy tu cliente y me aportas este sentimiento no tomo mis decisiones de pertenencia en un precio alto o bajo. Quiero disfrutar de las emociones y de la experiencia que me aporta el producto o servicio.
- Aportas prestigio: en nuestra sociedad uno se fija en el otro. Un producto o servicio puede aportarle cierto estatus a una persona. Si alguien quiere tener el mismo prestigio que su vecino existe una probabilidad elevada que con el tiempo consuma los mismos productos y servicios siempre que se lo pueda permitir económicamente (a veces incluso si no tiene los recursos financieros).
- Aumenta la viralidad: siempre que nos sucede algo positivo lo queremos compartir con terceros. Queremos que el resto del mundo se entere que somos especiales porque hemos elegido una marca, empresa o producto que nos aporta esa sensación y beneficios que provocan felicidad.
¿Y entonces cómo conseguir exclusividad en productos y servicios sin limitarlos?
La creatividad es un factor importante a la hora de aumentar la
exclusividad percibida por tus clientes. No es tan complicado conseguir
que tus clientes perciban un toque exclusivo en tus productos y
servicios. Algunos criterios para lograr el objetivo son muy obvios.
1. Precio alto de producto: sin duda lo más “fácil” es pedir
un precio elevado. Lo complicado no es pedir mucho dinero sino más bien
que te lo paguen. En pocas ocasiones es algo que se consiga sin una
inversión elevada en marketing.
2. Descuentos en productos de terceros: busca colaboraciones
con otras empresas que ofrecen productos y servicios que complementan tu
oferta sin ser competencia. Un acceso privilegiado por ser cliente tuyo
crea la sensación de pertenecer a un club donde los miembros reciben un
trato privilegiado que el resto del mundo.
3. Pequeños regalos de fidelización: te ayuda sobre todo el
efecto sorpresa. Nadie se espera recibir algo gratis. Lo importante no
es que el cliente no tenga que pagar por algo adicional que le regales
sino que también lo perciba con un valor añadido. Un boli con el logo de
tu empresa no cae en esta categoría.
El sentimiento de exclusividad aumenta la probabilidad que de media
ese cliente se quede contigo y no se vaya la competencia. Tiene que
tener la sensación de formar parte de un club donde recibe un
tratamiento especial. La sensación que le generas tiene que provocar el
deseo de nunca querer salir de ahí.
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